domingo, 10 de agosto de 2008

¿QUÉ SABE USTED?...

Ante las declaraciones de Joseph Blatter, donde afirma “apoyar” la idea del cambio de color de nuestra vinotinto, solo me queda decir:

Joseph Blatter… ¿Que sabe usted de sentimiento nacional? Es una ironía, que siendo el mandamás de una de las organizaciones que aglutinan más países en el mundo (más que la ONU o el COI), usted no tenga ni idea de eso que llaman amor por lo propio. Por unos colores y los sentimientos e ideales que ello representan.

Usted, es simplemente un mercenario más, que ha vivido del fútbol durante toda su vida, y que quizás ya no se acuerda cuando fue la última vez que vistió de corto y sudó una remera en un campo. No sabe del sentimiento de un jugador por sus colores, por la personalidad que las sociedades adquieren asociados a esta emoción que se genera en el amor hacia unos matices pintados sobre una camiseta.

No debe tener ni idea de lo que es besar una camisa por amor a su país, como lo hace ese futbolista enamorado del gol que roza la gloria al alcanzar el clímax de la anotación, y besa el escudo y la franela que porta con orgullo, porque representa a una nación, a un pueblo, a una idea, a un sentimiento.

Tampoco sabe lo que es estar en una grada, brincando y empujando por un equipo, porque desde hace años lo hace desde un palco, cómodamente sentado rodeado de opulencia y lujos. Le puedo asegurar que ya ni a Suiza le hincha, al menos por una cuestión de ética (¿acaso sabe usted que quiere decir eso?) debería ser así.

No sabe nada de ese sentimiento del aficionado, que sufre cada derrota y vive con intensidad la victoria, que se apasiona cuando ve a sus estrellas patrias en la cancha entregándolo todo por amor a su país, ese que aprende a querer una idea disfrazada de color, que abraza con cariño su bandera y su franela patria como quien quiere a un hermano o a un familiar que tiene años que no ve cada vez que juega su selección.

Pero claro señor Blatter: ¿Qué sabe usted, de colores y amores? Si el único color que parece gustarle es el verde, y no precisamente por que este sea el color del césped. Y su organización ya poco o nada protege a sus agremiados pues su gran amor es el dinero que producen cada cuatro años, montando un festín comercial donde solo se busca un campeón, que quizás no sea el mejor, o el que juegue más bonito, pero que al final de cuentas, dejará las arcas de la entidad que usted representa llenas.

Usted no sabe de patria señor Blatter. Es un político disfrazado de dirigente de fútbol. Uno como esos que tuvieron la osadía de pensar que podían cambiar el vinotinto de nuestra camiseta nacional y pensar que nos íbamos a quedar callados. Usted no puede avalar esto, señor Blatter. Si acaso hay un resquicio de honorabilidad en el organismo que usted dirige, es imposible que lo haga.

No nos deje como parias, buscando agarrarle cariño a unos colores que al final no serán sino el producto de un nuevo capricho, como el cambiar la bandera o el escudo (cosa que ya hicieron, además). Si avala esta atrocidad, señor Blatter, entenderé que usted no es más que un completo ignorante, alguien que no sabe nada de nada.

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